viernes, 20 de noviembre de 2009

COMPETENCIAS EN EDUCACIÓN

Msc. Albeza Guzmán

Son un tipo de capacidad humana, más desarrollada que la destreza y la habilidad, pero menos que el talento.

Todos hemos nacido para ser felices, incluso aquellos seres humanos con alguna discapacidad. Así como también todos hemos nacido con capacidades innatas o APTITUDES dadas genéticamente por nuestros padres y que determinan en no más de un 20% a 30% el desarrollo psicobiológico:

Temperamento, contextura física, estatura, aptitudes psicomotrices, intelectuales, comunicativas y afectivas.

Por el contrario, la variable más importante puesto que incide en un 70%, según lo demuestran varias investigaciones, es el factor psicosocial para el desarrollo del potencial con que ha llegado un niñ@ a la vida. Se sabe que proporcionar el mayor número de oportunidades para la exploración, el conocimiento, la interactuación con muchas personas, la riqueza de experiencias garantiza que las aptitudes innatas se desarrollen como HABILIDADES psicomotrices, comunicativas, cognitivas y afectivas en la primera infancia para irse desarrollando y perfeccionando, al punto de convertirse posteriormente en DESTREZAS.

Es así como, la destreza “escribir” , requiere del desarrollo de varias habilidades tales como: solvencia en el garabateo, madurez en la prensión del reflejo de pinza, trazos firmes y definidos, seguimiento del renglón, nociones de grafemas y fonemas, habilidad para ordenar sintácticamente las palabras, habilidad para secuenciar con coherencia las oraciones en un párrafo, etc. Es decir, saber hacer un escrito, un texto.

La destreza que puede tener un niñ@ de 10 años para cocinar un arroz y garantizar su subsistencia, requiere de: habilidad para encender el fósforo sin quemarse, habilidad para cortar y picar cebollas sin lastimarse con el cuchillo, habilidad para medir las porciones de agua, arroz y sal. La escuela educa para las destrezas en las distintas asignaturas, esto debe entenderse como “saber hacer con el conocimiento”. Se aprende para la vida, en el paradigma de la escuela activa y el constructivismo.

Pero lo que revelan los informes de evaluación no es compatible con este modelo. Parece que la escuela en algunos países de Latinoamérica y en Ecuador, en un alto porcentaje, sigue enseñando información para la memorización y la obtención de calificaciones. Es muy común escuchar a los docentes expresiones como: “Mis estudiantes ya no recuerdan nada de lo que les enseñe el trimestre pasado.” “Después de vacaciones debo repasarles nuevamente lo principal del curso” o, expresiones de los estudiantes: “Señorita, eso no lo enseño el licenciado del año pasado” “No evalúe todo por favor, solo con el cuestionario”. Si se hace esta reflexión sobre las destrezas es para destacar la complejidad y compromiso de l@s mediadores en el desarrollo de las competencias.

Una COMPETENCIA se constituye del dominio de varias destrezas. Por ejemplo una competencia propia de un curso 6º. de básica primaria sería:

“Maneja la pronominalización para escribir informes sobre observaciones en
Verbo objeto de estudio fin
trabajos de campo en ciencias naturales.
contexto

Como se aprecia, el estudiante debe querer aprehender sobre el nuevo objeto de estudio: la pronominalización, debe usar la destreza escribir correctamente, requiere dominar las técnicas sencillas de observación y estas destrezas las usa en el contexto disciplinar ciencias naturales con gusto, con confianza en lo que esta aprehendiendo, con perspectiva de para qué está trabajando la temática nueva, la pronominalización. De este modo el niñ@ sabe que sabe, ama lo que sabe, disfruta lo que hace, y sabe que está desarrollando su COMPETENCIA.

De tener buenos tutores en sus padres, hermanos, maestros, que hayan detectado sus aptitudes innatas en la primera infancia y que le hayan permitido un desarrollo óptimo de habilidades y destrezas, es posible para un ser humano arribar pronto al campo de sus competencias y trabajar en el perfeccionamiento de aquellos saberes que ama, que lo hacen sentir feliz, confiado en el futuro, es decir desarrollando su TALENTO en un “proyecto de vida” con-sentido porque está integrado su sistema afectivo, cognitivo y praxitivo en el aprendizaje para convertirse en el sueño de ser humano al que todos tenemos derecho a aspirar. La realización personal y comunitaria.

En términos generales la competencia refleja el gusto por la vida, el gusto por la relación con los otros, el gusto por trascender, por ser mejor persona, el gusto por el desempeño eficaz y eficiente, es decir, la entrega, comprehensión y dedicación a un campo de la realidad y de la actividad humana. La capacidad de expresar, hacer, en síntesis, amar, comprehender y dar todo de sí para el desarrollo social; como una trilogía indisoluble e integral, como integral es el ser humano.
En conclusión tomamos las palabras de un experto, el Dr. Julian De Zubiría Director del Instituto Alberto Merani de Bogotá, institución que ha quedado desde el año 2000 al 2007 en primer lugar entre las 10.200 instituciones evaluadas por el Estado colombiano. “En sentido estricto, no nacen niños más inteligentes que otros; lo que sucede es que hay niños que se vuelven más inteligentes y talentosos fundamentalmente gracias a la calidad en la mediación de la cultura que ellos tuvieron la fortuna de recibir.”[1]















[1] DE ZUBIRÍA, Julián. La inteligencia y el talento. Magisterio Editorial. Bogotá 2009 p. 23 El subrayado es nuestro.

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